Hubo un terremoto inmenso, sin más, y todo empezó a derrumbarse. El mundo se cayó tan rápido que apenas tuvo tiempo de ver cómo ocurría. Ella corrió a casa y se escondió, y fue lo suficientemente rápida como para cerrar la puerta antes de que el terremoto destrozase su cuarto también. No quiso volver a salir. Sabía que el mundo, tal y como lo conocía, había desaparecido... así que ¿para qué molestarse?
Quizá hace falta un terremoto para empezar de cero...será que soy positiva, el mundo no está tan bien como para no poder hacerlo explosionar y empezar de nuevo...
ResponderEliminargracias por pasar. saludos
que genial
ResponderEliminarno sé, lo del terremoto :)
me encanta