Era algún tipo de subespecie, o eso creía ella. Necesitaba el calor humano, como todas esas chicas de manos heladas. Ya se había cansado de buscar a alguien que las calentase y se conformaba solo con encontrar a quien no saliese corriendo al contacto con su piel.
No creo que ella fuese una subespecie, si sin embargo quienes salian corriendo al contacto con su piel quizá demasiado suave para las rugosas manos de seres tan asustadizos.
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