26 de febrero de 2010

Un hecho, como otro cualquiera

Siempre necesitaba un abrazo. No sabía por qué pero era un hecho, como tantas otras cosas en la vida que sabemos que existen, que son de verdad, o que simplemente pasan, y aunque no sepamos por qué, no dudamos de que así sean. Puede que fuese necesidad por sentirse protegida, puede que simplemente necesitase saber que había alguien allí para ella. Siempre necesitaba uno. En los buenos momentos y en los malos. Para apoyarla, reconfortarla, a veces para hacerla sentir un poquito importante y otras, en cambio, para derrumbarse.
Que lo necesitase no significaba que lo quisiera, porque en su orgullo, en su empeño por ser fuerte, no quería permitirse algo así. ¿De verdad quiere alguien romperse en pedazos?

1 comentario:

  1. Todos necesitamos en todo momento un abrazo, una sonrisa, una mano sobre el hombro y si, es cierto, tratamos de negarlo porque nos aterra reconocernos vulnerables.

    ResponderEliminar